Liderazgo Frente al Desánimo
Luis A. Riveros
Santiago, 13 de agosto de 2014.
Señales de desorden, más allá de los debates y naturales diferencias.
El desánimo cunde peligrosamente entre expectativas sobredimensionadas y percepciones equívocas. La autoridad de gobierno debe salir al paso de ambas cosas, y así evitar que siga decayendo la marcha económica, crezcan las presiones sociales y se empiecen a multiplicar algunos signos de agotamiento de la gestión. Es fundamental que la autoridad entregue señales categóricas sobre el sentido y alcance de sus iniciativas, precisando materias que aún se mantienen en un nivel de generalidad demasiado alto. Por ejemplo, en materia económica es indispensable que se especifique cuál será el plan de acción que adoptará la política fiscal para reactivar el prevaleciente marco de deterioro. Del mismo modo, debería especificar plazos y condiciones de la anunciada gratuidad universal en educación para así atenuar el aumento en la morosidad producto de las expectativas generadas. No es conveniente que las autoridades de gobierno minimicen las señales de preocupación que emanan de diversos sectores. No es bueno que tempranamente se muestren signos de agotamiento, y que el notorio impulso inmediatista que tiende a prevalecer en nuestra población vaya minando las fortalezas que debe tener el Ejecutivo en la conducción de los cambios que debe llevar adelante. Lo mejor que nos puede pasar es atenernos a una agenda de cambios que en términos generales ha sido respaldada por la ciudadanía.
El Ejecutivo debe mostrar firmeza en sus convicciones y en la forma en que está desarrollando su programa. Los actores políticos deben hacer lo suyo, especialmente los integrantes de la Nueva Mayoría que muchas veces han mostrado desconocer los aspectos específicos, y las prioridades y formas de las iniciativas que emprende el Gobierno. La autoridad debe abordar con solvencia las señales de desorden, más allá de los debates y naturales diferencias. Lo importante es que exista claridad en las metas y que la autoridad ejerza efectivamente el liderazgo esperado en la conducción de sus iniciativas.