Una Propuesta a Precisar 03-02-2014

03 Febrero 2014

UNA PROPUESTA A PRECISAR

Luis A. Riveros

La idea de gratuidad de la educación fue lanzada como algo a debatir en medio de una campaña electoral. Nunca se descendió a definiciones concretas, cosa que ahora se hará imprescindible. No se dijo, por ejemplo, si la gratuidad se haría extensiva a toda la educación o solamente la Educación Superior. No sabemos si ello alcanzará exclusivamente a las universidades estatales, o bien se extenderá a todo el sistema privado, cosa que sería imprescindible para eliminar una situación ya creada con el CAE. No conocemos los alcances de la propuesta en materia de fijación de aranceles, un prerequisito para otorgar prestaciones gratuitas financiadas por el Estado. No se sabe que sucederá con los estudiantes que en gran proporción abandonan el sistema por razones académicas y vocacionales, que accederían gratuitamente también a cambiarse de carrera y de institución, o en el caso de aquellos que permanecen por varios años más de los considerados normales. Y en el caso de la educación privada, tanto la subvencionada como la pagada, como el de instituciones privadas de educación superior, no sabemos el alcance de la situación jurídica y económica con respecto a los traspasos directos del Estado que serán requeridos. No existen los estudios necesarios para saber cuánto cuesta esta idea o propuesta, y la forma en que ello pospone otros financiamientos esenciales del Estado, con aún mayor efecto redistributivo como son salud y previsión. Tampoco existen los análisis que vinculen esta nueva política que se pondría en marcha, con vistas a la eficiencia de costos y efectividad de las instituciones de educación. Ni siquiera si acaso se seguiría apoyando a carreras sobredimensionadas o con pobre acreditación académica. O sea, sólo una idea que gusta a muchos, y que por cierto es bienvenida por parte de la familia chilena que enfrenta costos importantes para educar a sus hijos, pero que no sabemos aún en qué consiste, cuánto cuesta ni en que condiciones se pondrán los recursos. El país espera un pronto pronunciamiento sobre las formas de la propuesta y los plazos, modos y costos en que se implementará.

Feb. 5

LO QUE VIENE

Luis A. Riveros

Ahora vendrá la parte más importante: implementar el Fallo que ha dictaminado la Corte el pasado 27 de Enero. Por cierto, es bastante claro que el mismo estuvo dominado por el uso de un criterio arbitrario, en la línea de lo que ya se había adelantado: se trata de una Corte de tipo político que trata de buscar soluciones salomónicas, aunque alejadas de las interpretaciones en Derecho. Desde este punto de vista, considerando que Chile jamás debió permitir llevar este asunto a una Corte internacional, deberá considerarse seriamente la necesidad de que nuestro país se retire del Pacto de Bogotá. En la implementación del Fallo, es vital que el Perú ratifique por escrito que no existe ya ningún tema pendiente con Chile, dando la seguridad necesaria para acatar el Fallo y ponerlo en perspectiva de una efectiva integración. Perú no podría así seguir aspirando a territorios que más tarde podrían plantearse “en litigio”, como es el caso del triángulo terrestre respecto del cual aún manifiestan aspiraciones. Un segundo elemento en la fase de implementación se refiere al trabajo en pos de una más efectiva integración, puesto que ello ha de envolver más que un perfeccionado protocolo sobre intercambio económico y comercial; se trata de lograr una efectiva integración en materia de movilidad del recurso humano y en compartir una agenda completa de integración en el espíritu de unidad. Para ello, Perú debería también acceder a debatir sobre su mantenida estrategia de enseñanza con notorio contenido anti-chileno. Un tercer elemento, desde el punto de vista chileno, se refiere a la necesidad de apoyar el desarrollo de Arica, como un centro neurálgico estratégico nacional, justamente en la perspectiva de crear efectiva integración. Eso requerirá un “Plan Arica”, que se sustente en inversión pública y en la creación de atractivo para la consolidación de una relevante presencia poblacional. El Fallo podría así convertirse en una oportunidad para nuestro Norte, por años un factor vital en la mantención de los derechos soberanos sobre un territorio adquirido con el sacrificio de miles de nuestros antepasados.

Feb. 12

COMPETENCIAS LABORALES

Luis A. Riveros

Poco se destacan los factores que subyacen a una relativamente baja productividad de nuestra fuerza laboral. Sin duda alguna ello tiene mucho que ver con la educación general, que entrega pobres contenidos y desarrolla pocas destrezas importantes para el futuro desempeño laboral de las personas. La falta de una verdadera disciplina personal, la ausencia de compromisos vitales en torno a la realización personal, el escaso sentido del deber que se induce a través de la educación, son todas “competencias” escasamente elaboradas. En todos los niveles nuestra educación enfatiza principalmente la adquisición de conocimientos, y los currícula formativos se focalizan en la transmisión de los mismos, aunque, además, con metodologías bastante rezagadas en el tiempo. Poco esfuerzo se pone en la formación de competencias para una vida exitosa, y para también desempeñarse adecuadamente en el mundo laboral. No se trata de hacer a la educación un puro instrumento para la formación de trabajadores, sino que poner el acento en una crucial faceta de la vida contemporánea, cual es la de subsistir en un mundo en que deben generarse los recursos para progresar y cada uno invertir en su familia. En el caso de la educación superior esta también parece ser una de sus múltiples fallas, porque la enseñanza se concentra en conocimientos, y poco en competencias que ayuden al desempeño en los estudios y en el perfeccionamiento y actualización futuros. Nuestra educación universitaria, por ejemplo, se debate en una singular competencia con los medios digitales y el INTERNET, y descuida aquello que es vital transmitir, aunque no obtenible por esos medios, como es el investigar nuevas situaciones y perfeccionarse permanentemente. En todo esto hay, además, una falla de nuestros sistemas de capacitación, que se concentran demasiado en aspectos instrumentales, pero poco en criterios y disciplinas que haría mucho para elevar la productividad laboral en general. En definitiva, hay un reto para el país, que en las investigaciones comparativas aparece muy retrasado en competitividad laboral.

Feb. 19

TAPAR EL SOL CON UN DEDO

Luis A. Riveros

Lograr la felicidad de un país tiene mucho que ver con equidad y nada que ver con un ambiente de amenazas y recriminaciones, Equidad tiene que ver con efectivas oportunidades, la minimización de las injusticias y el funcionamiento del aparato social con un sentido solidario y humano. Cuando la percepción es que la equidad está ausente, entonces existe la tensión social, el enfrentamiento que incentivan quienes ansían extraer provecho político de la circunstancia social. Eso deteriora el medio ambiente que necesita la inversión nacional y extranjera y se fomenta una cadena negativa que incide en bajo crecimiento y escasez de recursos para mejorar el bienestar de todos. Se crean mecanismos de defensa y ataque que debilitan la cohesión social camino a profundizar la protesta y la insatisfacción. Se minimiza aquello que don Pedro Aguirre Cerda aludía como la necesidad de infiltrarse las diversas capas sociales para así aprovechar la circunstancia del crecimiento para provocar mayor encuentro y compatibilidad entre los objetivos de las mismas. No era lucha de clases a lo que aludía, sino a un saludable proceso de cohesión social que necesita de un buen marco de política pública. Eso es lo que no se logra cuando existe la percepción de una sociedad que se desintegra y en que sus capas sociales se distancian por los diversos incentivos proporcionados por la política pública. Por eso la percepción de equidad tampoco desaparece con gestos que propician políticas de efecto inmediato, aunque no duraderos; no fomentan la movilidad social ni la cohesión que debe buscar la política pública.

Chile se encuentra en la “trampa del ingreso medio”. El crecimiento no se hace compatible con una mejor distribución. Y aquí se puede fomentar la lucha por extraer de unos para darle a otros, lo cual puede producir malos efectos en el propio crecimiento económico. Por ello invertir en las generaciones venideras proporciona una “solución” aunque a muy largo plazo. Si no se tiene en mente el país que se quiere en veinte años más los cambios no serán sustentables: será sólo tratar de tapar el sol con un dedo.

Feb. 26

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