Verdadera Reforma Educacional 21-04-2014

21 de Abril del 2014

VERDADERA REFORMA EDUCACIONAL

Luis A. Riveros

El año 2010 el Ministro de Educación de la época quiso convencer al país que emprendía una reforma educacional, que en realidad no era más que un cambio en las condiciones laborales que podían administrar los Directores de Colegios Municipales. Y es que una reforma debería atacar las causas centrales de un problema ya largamente evidenciado en el país, y que no es otra cosa que la deficiente calidad e inequidad de la educación. Estos aspectos dependen de cuatro condiciones sobre cuya evolución debería efectivamente operar una reforma educacional, como en realidad hasta ahora no se ha hecho. Ellos son: (1) contenidos de la educación, unos ausentes y otros desactualizados y pobremente estructurados en el currículo escolar; (2) deficientes metodologías e instrumentos de apoyo al hacer educacional; (3) inadecuada gestión y financiamiento; y (4) profesores mal formados y débilmente capacitados para llevar adelante en forma exitosa un proceso de enseñanza. Currículo, metodologías docentes, gestión institucional y calidad de los profesores, son los aspectos centrales sobre los que debe actuar una verdadera reforma educacional. Ese propósito requiere redefinir contenidos curriculares, introducir nuevas metodologías de enseñanza-aprendizaje, desmunicipalizar la educación pública, aumentar el aporte estatal a la educación en forma significativa y mejorar drásticamente la formación de los profesores. Esto último requerirá un rol central del Estado para financiarlo, darle estructura y norte nacional y reponer la formación de vocaciones a través de un entrenamiento de profesores para la educación básica temprana, que es el corazón del problema de aprendizaje hacia el futuro. Puede haber otros cambios en cuanto a formas de financiamiento, estructura más privada o estatal, procesos determinados para cambiar la propiedad y gestión de la educación pública, o gratuidad para la enseñanza superior. Pero estos aspectos no tocan centralmente el problema de calidad y equidad que es el que educadores y ciudadanos han demandado en forma vehemente y reiterada.

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