Acreditación Con Mejores Reglas 05.05.14

05 de Mayo del 2014

ACREDITACION CON MEJORES REGLAS

Luis A.Riveros

El Presidente de la Comisión Nacional de Acreditación ha puesto de relieve dos desarrollos que conciernen al sistema de Acreditadoras privadas y que requieren atención. Por una parte, ha reportado que existe una alta concentración de la demanda por acreditar carreras y programas en sólo cuatro agencias existentes. Esto se produce en muchas otras realidades del país, como bien lo sabe quien conoce la realidad empresarial como académico destacado en el ámbito de los negocios. Lo que aquí existe y se expresa de ese modo es la insuficiente competencia, posiblemente debido a las restricciones que se ha impuesto a la creación y desarrollo de Agencias acreditadoras privadas, ameritando esto una seria consideración por parte de la autoridad. Si se desea continuar con un sistema diversificado público y privado para la importante tara de acreditación, es bueno buscar los mecanismos para promover mayor competencia y por lo tanto una mayor y diversificada oferta hacia las instituciones de educación superior. Pero también constata que sólo un 1% de las carreras y programas existentes se han sometido a procesos de acreditación, lo cual también requiere pensar en la normativa que afecta a la educación superior en general, y que debiera generar una mayor extensión de este instrumento para favorecer el desarrollo de las instituciones. Lo que no es pertinente es sugerir que el mínimo número de carreras que no han sido acreditadas por las Agencias privadas se deba a una distorsión. La pequeña proporción sometida a la acreditación denota que las instituciones eligen muy cuidadosamente las que someterán al escrutinio externo, haciendo que el porcentaje de rechazo sea por ello muy bajo. Este es el síntoma, ya que la enfermedad es, como se ha dicho, la escasa propensión a acreditar carreras y programas.

No son por cierto sorprendentes tales constataciones ni obedecen ellas a distorsiones o fallas en los sistemas de supervisión y transparencia. Lo que implican es la necesidad de revisar las reglas y de proveer certidumbre a un sistema que ha estado dominado por reglas débiles y faltantes.

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